
Apenas retengo las palabras de aquel chico del bar, pero recuerdo haber sentido una esperanza pura, animado por sus ideas y el alcohol que me ardía en las venas. Y por eso, porque por un momento me contagié de su entusiasmo, siento ahora que claudicar ante los años es una traición a su memoria. Este último (amargo) trago lleva su nombre, sea cual sea.
2 comentarios:
Sera mi situacion algo particular, pero puede pasarle a alguien mas: podias haber aclarado un poco el significado del texto; da a entender es una ULTIMA carta a los lectores.¡Me los pusiste de corbata cabrón!
Es algo mucho más sencillo, y quizá decepcionante, que todo eso. Es un ejercicio de escritura un poco particular.
Al igual que "El Cínico" (dos entradas más atrás que esta), pertenece a una serie corta que iré sacando. Son personajes, aunque inevitablemente tengan algo (muy poco) de mí.
Saludos
P.D.: No pensaba que a alguien le importara este blog, me has hecho feliz :-D
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