
Me pregunto quién nos ha engañado con eso de la muerte. Venga, que nos conocemos. Uno adivina el juego desde el principio; aunque quizá es mejor disimular, entre todos, hasta que el chaval esté preparado. Y entonces se lo soltamos, va. Lo que pasa es que él ya lo sabe, aunque te mienta. Aunque se mienta.
No me sale el discurso solemne, por lo mismo que me esquiva el depresivo. Empieza la tercera década de mi vida, y será tan buena como yo quiera que sea.
La mejor, claro. Siempre la mejor ;-)
P.D.: Ser realista no es la tercera opción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario