domingo, abril 26, 2009

La doble dirección (I)

Siempre tuvo una manera curiosa de sorprenderme, supongo, porque toda sorpresa es por definición inesperada, pero algo en ella jugaba nerviosamente con mi nivel de incertidumbre y conseguía, siempre o casi siempre, parecerme eternamente imprevisible. Da igual que yo supiera que en cualquier momento. Ella también lo sabía, y eso parecía ser suficiente.


A veces yo la esperaba en aquel banco del parque, muy cansado de la gente y con los labios abrasados de apurar los cigarrillos. Empiezo a pensar que medía con una intuición perversa mi nivel de derrota de cada día, y actuaba en consecuencia. Llegaba y se sentaba en el banco de al lado. Yo miraba al suelo y resoplaba, porque cuantas más ganas de jugar tenía ella más duro parecía hacérseme a mí. Luego, con una punzada irresistible de interés (que me demostraba una vez más cuánto mejor me conocía ella que yo mismo), me levantaba y me sentaba en su banco, al otro extremo, mirándola sólo cuando un vistazo distraído al parque me permitía observarla de reojo. Ella fumaba con el gesto distraído y una sonrisa casi invisible, como de placer culpable.

El silencio, ese silencio, hacía el resto.

6 comentarios:

Ana González Varela dijo...

Seguramente nadie, o casi nadie, te haga críticas, malas críticas, pero hoy te voy a hacer yo una. Sigo tu blog de vez en cuando y he de decirte que escribes bien, pero me parece demasiado típico. Me esperaba algo más de ti,más originalidad. No te lo tomes a mal eh, al final y al cabo.. yo soy de ciencias.
Besitos.
Ana

pd: Te invito a leer el blog que tengo con Guillermo: www.cosasqueapetececontar.blogspot.com.
Es realmente lo opuesto al tuyo jeje.

Archi dijo...

Sorprende bastante que alguien nos pueda conocer mejor que nosotros mismos. Sin embargo, y aunque es cierto que no nos conocemos bien, en el fondo, a los demás, tampoco les dejamos ver todo. Alguien te puede conocer mejor que tú, sí, pero nadie en el mundo te conoce. Es triste y bonito a la vez.
Mientras siga habiendo sorpresas (de este tipo o parecidas), hay esperanza, aunque vengan con incertidumbre e imprevisibilidad, o aunque yo no lo entienda y en el fondo sólo quiera añadir un suspiro cargado de pesimismo. Deja que el silencio, ese silencio, se encargue de ello.

Besis

Anónimo dijo...

Jorgito, jorgito, hace tiempo que no se te ve el pelo por oZ...

yo dijo...

lo has encontrado!, pero cómo? 10 meses después..., qué gracioso, no recuerdo ya si algún día me imaginé cuanto tardarías en descubrilo! y hoy de casualidad acabo de flipar

ya puede desaparecer.

bs

Anónimo dijo...

Sigues haciéndolo tan genial como siempre.



peli

Vane dijo...

Siempre hay alguien que nos conoe mejor que nosotros mismos, a mi me parece una cosa brutal!
Tu relato...sencillamente genial!!

muuuuua