jueves, marzo 21, 2013

Teoría de la relatividad especial


Quién iba a pensar que, como yo,
el Universo entiende tu milagro y
se curva en cada curva de tu cuerpo.
Quién podía saber que,
para el tiempo,
también la vida sangra los segundos
si no son pulsos tuyos,
si te miran de lejos.

Será la densidad de tu misterio.

Será la gravedad de nuestra entrega.

Será, tal vez, que al borde de tu boca
incluso el tiempo pierde sus cadenas.

2 comentarios:

Tiny dancer dijo...

plas, plas, plas.

sobre todo a los cuatro últimos versos.

de lo mejor que te he leído.

Jorge dijo...

Gracias Sara!! Me alegro mucho de que esos últimos versos funcionen, porque (para variar) el resto del poema está orientado a construirlos, y la idea que hay detrás es algo importante para mí.

Y a ti, cuándo te leemos otra vez, Sarina?