Nos hemos acostumbrado a la muerte, o al menos a la de otros. Pero a lo que no podemos acostumbrarnos es a dar por hecho que hay quien ponga fin a historias que no son suyas. Que esto es lógico, que sucede desde que el mundo es mundo y que una vida vale poco, muy poco, si se interpone entre un hombre y su locura. Debemos entender qué hacemos (tan) mal.
viernes, marzo 11, 2011
Maneras de morir
Era jueves, por lo visto. Ya ni me acordaba. Yo fui al instituto aquella mañana, y sólo recuerdo la confusión entre clases, las noticias con cuenta gotas y la palabra ETA susurrada en cada esquina. Al final no fueron ellos, parece, pero ¿y qué más da? ¿Dormiremos mejor sabiendo a quién culpar? Podemos perseguir, juzgar, encerrar o incluso matar a un asesino. Los cuerpos, sin embargo, no vuelven a moverse. Eso sería justo.
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3 comentarios:
Yo también me acuerdo de ese día como si hubiese sido ayer. Estaba en el instituto y ni siquiera dimos clase. Toda la mañana pegados a la televisión. Habría que acabar con estas cosas pero lo veo muy utópico.. lo que no puede consentirse es que paguen justos por pecadores. Como bien dices no importa quienes lo hicieron sino quienes lo sufrieron.
Un saludo.
SUpongo que de días así se compone el ideario colectivo.
Agradezco tus palabras sonbre el programa de los frutos secos, la verdad es que tanto ese como el de peluqueras tiene que ir encontrando su sitio y definiéndose, VTV (El canal) es en cierto modo un laboratorio en el que experimentamos con contenidos y tecnología para descubrir otras maneras de hacer Televisión.
El de peluqueras era un piloto al que hay que darle vueltas para ver como lo enfocamos, los frutos secos practicamente andan solos.
Bueno, no se... gracias de nuevo y seguimos en contacto!
¡A mandar! Sólo un telespectador agradecido por encontrar algo interesante :) Mucha suerte, y a seguir con ello.
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