Fueron primero las nubes,
y esa luz de intermitente madrugada.
Y tu voz (que ni siquiera
fue lo mejor de lo nuestro,
pero es tuya),
hablando de contratiempos:
faltan besos, sobra gente,
no soporto los atascos.
No hay túnel;
casi me siento engañado.
No hay túnel, no hay luz,
no hay calma.
Hay el mismo repertorio de problemas,
la misma fragilidad desencantada.
Estoy yo, paciente,
tú, ausente,
la nostalgia.
Hay el mismo repertorio de problemas,
y nadie para arreglarlos.
Queda al menos la alegría
de habernos equivocado.
Saber,
como supe siempre,
que dejo nuevas preguntas
que nunca serán resueltas.
El honor
(irrevocable)
de haber sido el último de tus errores.
3 comentarios:
me gusta la última frase :)
qué raro que yo esté de acuerdo con la que arriba firma...
:)
Muito obrigado!
Publicar un comentario