skip to main |
skip to sidebar
Me miró a los ojos, a los ojos, un segundo y por siempre estuvo mirándome. Me leyó eternamente, escudriñó mi gesto y mi ventana al mundo, y desde esa tregua de tiempo se recreó en su inspección impúdica, analizando mis porqués y mis cómos, mi respuesta a la pregunta perversa de la vida y el alma. Pasado ese instante siguió su camino y yo el mío, dejándome llevar por la escalera, y el mundo, supongo, giró un poco más rápido para recuperar el tiempo perdido.
4 comentarios:
¿Cuándo existió un tiempo perdido dentro de un "nosotros"?
Peli
Nunca, ese es el tema. Pero a veces me asustan los extraños que te miran a los ojos.
yo creo que hay miradas que duran para siempre aunque nos parezcan lo más fugaz de este mundo.
me gusta la última frase.
Lo mejor del mundo es que ÉL,en tu caso (ce)ella, te mire a los ojos. En ese instante es cuando las palabras sobran!
Eso si, a mi tampoco me gusta nada de nada cuando lo hace un extraño, ahí es cuando intimida!
Publicar un comentario