Sabios modernos

No sé si a alguno le suena Gonzalo Sánchez-Terán. Es un poeta español, que trabaja como misionero laico para el Jesuit Refugee Service. Últimamente vive en Chad, donde la organización está intentando reanudar su actividad, detenida a causa del conflicto con Sudán. Desde hace unos años escribe para El Semanal, esa revista que traen los domingos algunos periódicos, donde escribe también Reverte. Hasta hace cierto tiempo, su sección, que era compartida, consistía en su correspondencia con Alfonso Armada. Dentro de poco publicarán esas cartas. Y si no os pica demasiado la conciencia, deberíais leerlas, porque merecen la pena.

Hoy me gustaría citar una carta suya, porque hace una reflexión sobre el alcance de la democracia -eso con lo que se nos llena la boca tan a menudo- y su verdadero valor que es cojonudísima:

El hallazgo del hombre, su conquista en la escarpada pendiente de los siglos, no ha sido la democracia sino el Estado de derecho. Usamos la democracia, tal y como la conocemos, porque no se nos ha ocurrido nada mejor: es una imperfección útil que nuestra molicie intelectual, antes que nuestra ambición, ha consagrado. Prueba de ello es que una mitad del mundo sobrelleva serenamente la concatenación de democracias prostituidas, y la otra mitad aspira a alcanzar ese mismo modelo. La democracia es una herramienta del Estado de derecho, no su esencia. No hemos logrado aún que los pueblos posean el poder, pero vamos logrando que no lo padezcan. Los blancos tratamos de exportar un renqueante sistema político nieto de la sangre en lugar de compartir lo más grande que podemos ofrecer, unos sistemas jurídico y educativo nietos de la inteligencia y del espíritu. La dignidad no se cría en los gobiernos o en los parlamentos, sino en los tribunales y en las escuelas.


Ahí es nada.

P.D.: Si tenéis la oportunidad de leer algo de su poesía, lo recomiendo. Suma un inmenso talento estético a -por fin- un mensaje muy profundo. Para muestra un botón.